lunes, mayo 03, 2010

PRONOMBRES PERSONALES


Hacía mucho tiempo que no me sentaba tan a menudo a escribir aquí, ni que escribía con tan poco fundamento dando vueltas una y otra vez a la misma idea. Pero el amor es lo que tiene,se coloca en el centro de gravedad de las cosas y parece que todo gira en torno a lo mismo y todo se referencia a la misma cuestión. Al menos es lo que me ocurre a mi, y esto lejos de ser una virtud es más bien un defecto, porque pretendo que el pobre ser humano objeto de mis atenciones se comporte de la misma forma, con lo cual termino sacando conclusiones extravagantes sobre sucesos minúsculos y, al final, siendo poco justo. Por desgracia, esto no es algo sobre lo que yo pueda actuar, lo vivo así y punto, permito que el amor florezca y prolifere en mi vida como lo hace la mala hierba en los sembrados y me dedico a hacer todo lo que ese amor espera de mi: que sea egocéntrico, que todo quede condicionado y supeditado a lo que me pasa por dentro, y pasarme todo el día dedicado al (in)noble ejercicio de los pronombres personales, pero pronombres en primera persona, claro está:
YO. YO te quiero. YO te necesito. YO te pienso, YO te sueño, YO te espero,YO me enredo en pensamientos sin orden ni concierto que me suenan a melodía improvisada y que no llevan a ningún sitio, volviéndome loco en medio de la noche.
ME. LlamaME. TocaME. BesaME. DeseaME, extrañaME, échaME de menos, diME que ME quieres como no has querido a nadie, que no puedes vivir sin MI.
MI. MI amor. MI vida. MI corazón. MI cuerpo. MI boca. MIS manos. MIS anhelos, MIS sueños, MI espacio contigo,MI no espacio sin ti. MI alma, recelosa, dolorida, que se tumba a tus pies como un perro abandonado buscando tu cariño, pero enseñándote los dientes si te acercas demasiado.
CONMIGO. "Conmigo" por si mismo te lo dice todo. Tu conmigo, a mi lado, al alcance de mis dedos, tu hombro junto al mío, el dorso de tu mano rozando el dorso de mi mano cuando andamos por la calle, tu mirada en mi mirada, tu aliento con mi aliento, tu calor mezclándose con mi calor.
No, no es justo, nada de esto es justo para ti.
Las pocas veces que consigo trepar a una atalaya para verme en perspectiva, con altura y con distancia, me contemplo y no me entiendo, y percibo esa locura de quererte en exclusiva y pretender atarte con mis brazos. Y entiendo que no puede ser, pero me falta el tiempo para volver a bajar olvidando allá arriba la cordura, abandonado de nuevo a la furia de este amor que pretende devorarte, consumirte y consumirme en el empeño como lo hace con la leña el fuego enamorado.
...
...¿como?...puedes intentarlo, sí, puedes huir si quieres.
Pero ni siquiera haré el intento de decir que no saldré corriendo tras de ti un segundo después de que te hayas alejado...