lunes, agosto 31, 2009

AGOSTO CORRIENDO Y CORRIENDO HASTA DESAPARECER...


Así es: el largo y cálido verano, respetuoso con el ciclo implacable de la vida, corre a su final sin que nadie pueda hacer nada para evitarlo.
El verano que me he pasado hablándole al "amor que vendrá", ladrándole como ladran los perros a la Luna, desconocedores de que la Luna ni siquiera sospecha de la existencia de los perros...
Ya tengo la lengua seca, de momento no voy a ladrar más.
En parte porque no sé, algo dentro de mi cree que lo que no haya ocurrido en verano, no sucederá el resto del año...¿como?...pues no, no tiene porqué pero bueno...tu no conoces los inviernos largos, duros y oscuros de esta tierra, ¿verdad? Aquí entendemos a la perfección el que alguien, por ejemplo un oso, decida cerrar los ojos en Octubre y no espabilar el sueño hasta Marzo, allá cuando el mundo vuelve a llenarse de promesas nuevas. Lo entendemos y de hecho hacemos todo lo posible por imitarle, jeje.
Ahorra todo es cálido y maduro, bello, por supuesto, pero en cierto modo el cielo y el sol me hablan de círculos cerrados, de recogerse, descansar y, de momento, olvidar todo lo que aún no haya quedado terminado.
Cosecha, vendimia, recogida de frutos.
Tiempo de balance, de sopesar lo bueno y lo malo, decidir si el año estuvo bien...quizás planear estrategias para la próxima temporada, pero en definitiva, tiempo de cerrar los libros del año y aguardar el momento de abrir nuevas contabilidades personales y una vez más hacer como que no existen los "Debe" y buscar el aliento en el "Haber"...
Y todo por tu culpa Agosto. Si en vez de un mes durases tres, no me vería pensando ya en mi estado de cuentas.
Y aunque sé que en la otra mitad del mundo la primavera florece y que gracias a sentimientos mágicos cuento con mi momento y mi espacio allí, haciendo que el verano me entre por el corazón en vez de por los ojos, pues a pesar de todo...
...a pesar de todo queda la nostalgia de la luz, de los días infinitos y de ese creer...no sé, que en verano es posible...que "mis ladridos eran escuchados"...porque cuando luego se me meta el frío en los huesos, sé que ni siquiera la Luna se dará por enterada.
Ahora es cuando Agosto me dedica una cálida mirada, se sienta a mi lado bajo el sol de media tarde y me susurra al oido:
"...aún no es tarde...mira, creo que allí al fondo alguien te está sonriendo..."