lunes, noviembre 10, 2008

TORCHWOOD: un western futurista y crepuscular ( 4 )

ARENA Y ESTRELLAS

Sinopsis: Sin duda nadie habrá olvidado como utilizando métodos poco ortodoxos, Jack consigue salvar a su equipo de los pueblerinos ávidos de proteína, con la colaboración forzosa de una mula llamada Scarlett Johansson IV. Claro que con esos deditos mágicos de Jack quien no se dejaría practicar métodos poco ortodoxos, yo mis...cielos, no puedo creer lo que estaba a punto de decir.

De noche, como casi siempre.

Desde que el Sol y la Tierra andaban cada uno por su lado, el cielo contaba con una cantidad aterradora de estrellas. Mientras Cucu y Fufu dormían en el interior del carromato, Jack y yo nos calentabamos las manos en el fuego de una minúscula hoguera. Yo miraba de reojo su rostro parpadeando a la luz de las llamas y el brillo de sus ojos, demasiado cansados, como si hubiesen contemplado demasiados amaneceres.

Aunque parecía ensimismado en su pensamientos de pronto se volvió , sonrió suavemente y me dijo:

- Que pasa, muchacho, no tienes sueño…

Negué con la cabeza devolviéndole la sonrisa y pareció sentirse a gusto.

- Yo duermo muy poco –me explicó-. Menos cada vez. Ahora que los días se reducen tanto, es duro esperar a que el mundo se despierte.

- Creo que todo está tan mal porque la gente intenta dormir todo el tiempo posible para olvidar la realidad…

- Justo, amigo mío. La sociedad se desintegra a la vez que el planeta. Por eso es urgente que lleguemos a Cardiff. Quizás esto –y describió un gesto con los dedos que pretendía abarcar el cielo- es todo consecuencia de la fisura, y si llegamos a tiempo…

- …ya, ya, cambiaremos el destino de la Tierra. Jack, ¿qué es Torchwood?

- Torchwood es mi equipo. Debo recrear Torchwood para afrontar la fisura. Torchwood: cinco miembros, dos hombres, dos mujeres y yo.

- ¿Fufú y la mula cuentan? Porque entonces estamos todos, jeje…

Jack no sonrió como yo esperaba, solo negó con firmeza y contestó como si yo no hubiese dicho una incoherencia.

- Creo que no, los animales domésticos no cuentan. Tu sí –y tendió una mano junto a la hoguera que yo cogí sin pensar-…y Cucú también. No te puedo decir más, suelo ser muy críptico, ¡ha-ha-ha!, pero ahora solo sé que el destino nos traerá a los dos miembros que faltan antes de llegar a Cardiff y allí, allí nos jugaremos todas nuestras cartas –ahora su mirada se dulcificó y sus dedos apretaron los míos con más fuerza- No me gusta establecer vínculos y menos ahora, muchacho, pero siento, de algún modo, que quizás todo lo que ha pasado, toda la historia del tiempo que llevo en mi alma, ha sido para que lleguemos a encontrarnos.

Mi última novia era una tailandesa que se dedicaba a hacer shows erótico-estivos en los que disparaba pelotas de ping-pong con sus partes pudendas, quiero decir con ello que mi organigrama sexual nunca había contemplado siquiera la idea de un Jack Harkness, y sin embargo ahora con la tibieza de su mano en la mía y esas palabras…

Cucú salvó el instante asomando la cabeza y gritando:

- ¡Joder! ¿Es que no dormís por la noche como los buenos cristianos? No se oye un puto grillo y en cambio vosotros no parais de cotorrear…

- …es la barba, que la vuelve loca –susurré a Jack- Debemos atracar una tienda donde tengan productos de afeitar sin falta o nos matará uno a uno con sus propias manos.

Me puse en pie, Jack también y nuestros rostros y nuestros labios quedaron a un suspiro de distancia. Tragué saliva antes de decir:

- ¿No quieres entrar?

Jack sonrió y colocó su mano en mi mejilla durante un instante que resultó eterno… luego se dio media vuelta estirando los brazos y dio unos cuantos pasos hacia la noche exclamando:

- ¡No te preocupes por mi! Me quedaré vigilando, tu ve dentro con Cucú. Estaré bien.

Quise decirle que prefería quedarme con él en la oscuridad, pero algo me hizo comprender que deseaba estar solo, así que me metí a la diligencia para el disgusto de Cucú y Fufú.

- Te aviso, me huelen los pies, y cuando me pica la barba me pongo insoportable, de manera que si quieres compartir espacio conmigo atente a las consecuencias…joder me estoy volviendo loca, ¿los mariquitas no llevais cuchillas de afeitar en vuestro set de belleza personal?

- Mi equipaje se achicharró con la furgoneta. Y la “gente” como tú, ¿no debería llevarlas también? Jo, estás penosa.

- Muy bien, la has cagado, ya me he desvelado –gruñó sacando su radio-con-bateria-atómica-de-200-años-de-duración-.

Conectó el aparato a volumen máximo y Julie London empezó a cantar atronadoramente “Fly me to the moon”…no importó, a pesar de las emociones fuertes del día o quizás justo por ellas, apenas cogí la postura horizontal me quedé dormido y ya no oí terminar a Julie, me quedé con la imagen del rostro del capitán tan cerca del mio , nuestras bocas tan próximas y la promesa de algo en sus ojos que era imposible rechazar…

…mi exnovia japonesa me ametrallaba a pelotazos de pingpong en castigo por mis escarceos con Jack Harkness cuando un montón de chicas cantando apropiadamente “Say a Little prayer for you” me despertaron sudoroso y con todo el cuerpo dolorido. Y digo apropiadamente porque según escuché afuera, durante la noche Cucú había soltado a Scarlett Johansson IV “para que pastase y estirase un poco las piernas”, mientras Jack estaba en algún lado ( no a más de 50 metros, claro )y la mula había aprovechado el momento para salir zumbando de vuelta a casa, dejándonos allí tirados, una vez más, en medio de la nada.

- ¡No pienso pedir excusas! –anunció Cucú furiosa rascándose la mejilla peluda- Tu eres el capitán, soluciona tú el asunto. ¿Porqué no le pusiste también una pulserita a la puta mula para evitar que se fuese demasiado lejos?

- Otra vez igual –murmuré sombrío- Esto ya se está convirtiendo en una costumbre.

Fufú maulló largo y profundo consiguiendo hacer chillar a Cucú.

- ¡Mi nene está hambriento! ¿Qué vamos a hacer?

- Tu nene es el menor de mis problemas –masculló Jack muy enfadado- Da gracias a que todavía no le he metido un detector de presencia alienígena por el culo para ver si está contaminado como todos los putos gatos.

- Oooh, gracias por tu amabilidad, pero si tú le metes algo en el culo a mi Fufú, quizás luego te meta yo algo a ti en el tuyo, y es probable que disfrutes…

- Creo que nos estamos poniendo cachondos y no es el momento –atajé sonriendo con muchos dientes como Jack me había enseñado- ¿No tienes ningún invento para hacer andar el carro? ¿Uno de esos trucos que te sacas del abrigo?

- Sí, como la guindilla que le endosaste a Scarlett Johansson –bufó furiosa Cucú- Tío, eres un enfermo, ¿Qué te pasa con los culos de los bichos?

- Si no hay motor no puedo utilizar el combustible exógeno –dijo Jack pensativo para luego volverse a Cucú y soltar- aunque quizá pueda meterte la guindilla en el culo a ti, atarte al carro y seguramente llegaremos a la costa en un momento…

Cucú adoptó postura de ataque y tuve que interponerme.

- Peleando no arreglaremos nada. Cucú, reconoce que si no hubiese sido por esa guindilla, tú, Fufú y yo habríamos pasado ya a formar parte de algún guiso típico de la gastronomía local. Jack nos sacó de allí, y Scarlett Johansson no quedó perjudicada. Prueba de ello es que a la menor ocasión ha salido disparada, conserva íntegras todas sus facultades físicas…

- …o quizás esté siendo devorada por los coyotes –repuso negativamente Cucú-.

…apenas mencionó la palabra “coyote” descubrimos varios pares de ojos hambrientos observándonos entre los arbustos cercanos.

“Coyotes” susurré. Los coyotes del siglo LIII no habían perdido el apetito pero sí el respeto por la raza humana y ahora poco a poco un círculo de bichos orejudos, famélicos y pulgosos nos fue rodeando, mirándonos como quien mira tres pollos asados listos para trinchar.

- Volved al carromato –ordenó Jack mirando a todos lados- pero no les deis la espalda, no dejéis de mirarles o saltarán sobre nosotros, y una vez que se anime el primero caerán como una plaga…

Hicimos un círculo espalda contra espalda, supongo que preguntándonos todos como carajos saldríamos de aquella, cuando en el cielo se escuchó el zumbido de un motor y todos, coyotes incluidos, miramos hacia arriba.

Jack, sorprendentemente, sonrió.

- Es el Tercero…


(Continuará)

Creo que además de recordar lo de que Torchwood y el capi son productos registrados, la otra vez olvidé pedir disculpas a la señorita Scarlett Johansson por el dificil papel que le asigné en el episodio pasado. Justo es decir que cualquier parecido entre mi mula y Scarlett Johansson es pura casualidad, ¿eh?

Una vez más recordar que este despropósito no sería posible sin la madrina en funciones del capitán Jack, nuestra querida Rosa de Fuego, cuyo propio relato "Los renglones torcidos" recomiendo encarecidamente. Lo suyo sí que es arte, y no lo de la Pantoja.

Y preciso también es recordarle al capitán la cantidad de deseos deshonestos que tengo acumulados hacia su persona, creo que debería plantearse la posibilidad de una visita rápida a mi localidad para nada muy prolongado, lo que se llama un "mete-saca", jaja, ¡pero que obsceno me estoy volviendo !, y la razón es justamente por esto, creo que me estoy convirtiendo en un pequeño enfermo con tanta lujuria acumulada y desaprovechada...

Feliz lunes y feliz semana a todos.